27.12.07
Anticuento de navidad
Erase una vez, queridos niños, un hombre que no creía en la navidad. No creía en ella nada de nada. Decía que era un tiempo de poca paz, felicidad falsa y contaminación lumínica.
Es por ello que desde su guarida en el viento del norte, el gordo cabrón dió las siguientes ordenes a uno de sus cargantes elfos:
- Que le corten la luz. Así sabra lo que es una navidad fría... ¡Y con muchas velitas! Ho ho ho.
- Y la tarjeta del banco, que se la coma un cajero. Ho ho ho - resonó la terrible carcajada entre los témpanos de hielo, inquietando a los renos voladores que ramoneaban junto a un rabo de nube.
En esos momentos un avión blanco, azul y amarillo se enredaba en la cola del viento.
-Your attention please we are now approaching Granada's airport...
Era uno de esos Boeing 737 que no tienen fila 13 y en los que nadie limpia las bandejas de los asientos entre vuelo y vuelo. Avanzaba zafándose de las zancadillas del viento en un agradable vaivén.
-Es su o-portunidad para haserse millionario. Compre un boleto -o dos- de la lotería de Gruayian Err y tendrá la o-portunidad de convertirse en un aunténtico miembro de la Jet-Set.
Un poco más tarde, un poco más abajo, el viento llevaba al elfo hasta el piso 11 de un bloque de ladrillo.
"¡Nuz Carcajuz, que le corten la luz!", invocó junto a la pared maestra del bloque. Una lluvia de blancas chispas bajó entonces hasta el cuarto de contadores.
Se abrió el ascensor en el décimo piso y asomó una funda de guitarra seguida por una maleta rota y un maletín de portátil. Envuelto en todo ello resoplaba el hombre que no creía en la navidad. Subió las escaleras y se paró, suspirando, frente a su puerta. Al fin en casa.
***
- Bienvenido a Sevillana-Endesa. En estos momentos todos nuestros agentes se encuentran ocupados. Por favor, permanezca a la espera.
Wherever you go, whatever you do
I will be right here, waiting for you
Whatever it takes, or how my heart breaks
I will be right here waiting for you
- Bienvenido a Sevillana-Endesa. En estos momentos todos nuestros agentes se encuentran ocupados. Por favor, permanezca a la espera.
Wherever you go, whatever you...
Dos pitidos estridentes en la oreja y el móvil se apagaba. A oscuras y con una vela encendida, podía notar como los alimentos evolucionaban dentro de la nevera. Bocanadas de vaho por la boca, un frío terrible. No había papel higiénico. En el centro comercial por lo menos no haría tanto frío, penso el hombre que no creía en la navidad.
***
En la línea de cajas, con servilletas, papel higiénico y el estupendo taladro Blacandequer que le iba a regalar a su padre, no hacía frío y había luz.
En el techo, entre los tubos, un viento del norte escondía al cargante elfo.
"Fleta cuchufleta, a la mierda tu tarjeta", susurró dos metros por encima de la caja 13.
La cajera arrastraba por una ranura del teclado una tarjeta verde.
- No la coje. Pone tarjeta no autorizada
- Bueno, pues dejamos esto aqui y me acerco un momento al cajero si no te importa.
No andaba muy lejos el cajero. Introdujo la tarjeta.
- Bienvenido. Introduzca su numero secreto.
- ****
- ¿Qué operación desea realizar?
- Sacar dinero. Con cargo a cuenta corriente.
- No realizable consulta entidad. Bienvenido.
- ¡Mierda! ¡Mi tarjeta! - decía el hombre que no creía en la navidad mirando la ranura inaminada.
Miró a su alrededor. Algunas personas hacían cola detras suya.
- Se la ha tragao - dijo a modo de justificación y advertencia.
Una pegatina en el cajero: número de incidencias.
- Bueno, pues le informo que su tarjeta ya ha sido invalidada y se le ha pedido una nueva copia que llegará a su sucursal el jueves.
- Pero...
- Gracias por su llamada y buenas noches.
Sin luz, sin tarjeta de crédito, al menos llevaba dinero encima para pagar el papel higiénico. Dios aprieta, pero no ahoga.
***
- Ho ho ho ho ho ho aaaay... ho ho ho ho
Mil metros más arriba en la guarida del viento del norte, la Noëlvisión parpadeaba con la imagen de un hombre que llevaba un paquete de rollos de papel. La silueta del gordo cabrón se convulsionaba rítmicamente, carcajeando.
18.12.07
30.11.07
La canción de las máquinas
Nace, crece, aprende -consume
Estudia, consume (tris)
Busca trabajo, trabaja
Trabaja, produce, consume (tris)
Busca pareja, contrae matrimonio
Trabaja, produce, consume (tris)
Ten hijos, que crezcan, consuman
Trabaja, produce, consume (tris)
Enséñales bien esta letra
Trabaja, produce, consume (tris)
Que no se salgan jamás
Trabaja, produce, consume (tris)
De los límites marcados
Trabaja, produce, consume (tris)
Trabaja, produce, consume (tris)
Jubílate, consume, muérete.
Estudia, consume (tris)
Busca trabajo, trabaja
Trabaja, produce, consume (tris)
Busca pareja, contrae matrimonio
Trabaja, produce, consume (tris)
Ten hijos, que crezcan, consuman
Trabaja, produce, consume (tris)
Enséñales bien esta letra
Trabaja, produce, consume (tris)
Que no se salgan jamás
Trabaja, produce, consume (tris)
De los límites marcados
Trabaja, produce, consume (tris)
Trabaja, produce, consume (tris)
Jubílate, consume, muérete.
6.11.07
19.10.07
Lisboa VI (fin)
(Toda VI tiene una V,una IV, una III, una II y una I)
.la baixa y Guida
Esa noche quedamos para cenar con Guida en un Hindú, pero no apareció sola. Un tal Pepe, lisboeta y amigo -suponemos que especial- se presentó con ella.
Esto suponía un contratiempo para David, claro, porque uno de los objetivos no declarados -pero posteriormente admitidos- del viaje, era que él saldara una cuentilla pendiente que tenía de la Erasmus, no se si me estoy expresando con claridad o el circunloquio distrae un poco de lo que es la idea central que este párrafo quiere trasmitir: le quería meter mieo, vamos.
Así que, como buenos amigos que somos, nada más llegar a un bar a beber caipirinhas, Raul y yo desplegamos todas nuestras habilidades sociales para entretener al tal Pepe.
No fue fácil, sobre todo teniendo en cuenta que él no hablaba castellano ni nosotros portugués, pero conseguimos darle a David más de uno y más de dos momentos de intimidad, que con todo y con eso fueron insuficientes.
Un poco chispaetes y andando, volvimos al albergue. El japonés ya no estaba, su lugar lo ocupaba...
.El portugués de dos estados.
A la mañana siguiente conocimos a nuestro nuevo compañero de habitación. Era portugués -no nos dio muchos más detalles- y tenía dos estados: durmiendo y en calzoncillos. Esto lo fuimos descubriendo a lo largo de los días que pasamos allí. La secuencia de estas dos posiciones era totalmente aleatoria, es decir, que lo mismo lo veías durmiendo al mediodia o paseando en calzoncillos por la noche. Los calzoncillos eran tipo slip con dibujitos infantiles, esto lo explico para ilustrar un poco.
.Sintra y Estoril
Había llegado el momento de abandonar la capital y darse un paseo por la naríz de la península. Sintra y su Castelo de los Mouros fue la primera parada, y aquello la verdad es que era muy bonito.
Como Raúl, en un movimiento de egoismo zalamero, nos convenció para no visitar el Palacio de Sintra -esa se la tenemos aún guardada- partimos pronto por la costa a ver Estoril, bella también, aunque la vimos casi de pasada.
.¿Qué queda?
Creo que lo he contado todo, aunque creo que la secuencia temporal de los acontecimientos no esta afinada del todo. Ya esta bien teniendo en cuenta que hace de esto... seis años (maremía).
Ya sólo queda un viaje de vuelta en coche, lloviendo a mares por Badajoz, bajando no-se-que-puerto-de-montaña con David intentando adelantar en sitios imposibles, poniéndonos un poco de los nervios.
Y esas dos horas esperando el bus Sevilla-Granada, en esa entrañable Estación de Prado de San Sebastián, sin bajar nunca la guardia e intentando mantener a raya a los asaltadores.
No, espera, que me olvidaba de algo.
.Pero Raul...
Esto pasaba justo antes de irnos de Lisboa. Habiamos quedado con Guida en que nos llamaría para desayunar juntos y despedirnos.
Viendo que pasaba la mañana y no nos llamaba, Raúl, cabreadísimo, entra en una cabina dispuesto a ponerle a "esta tía" las cosas en su sitio.
Desde fuera lo vimos descolgar decidido, llamar, decir dos palabras... y quedarse mudo.
- Bueno, que ha pasado, cuenta.
- Pues le estaba echando la bronca y me ha soltao un "pero Rauul" -con dulcísimo acento portugués- que me ha desarmao.
.Colofón
Fue un gran viaje.
.la baixa y Guida
Esa noche quedamos para cenar con Guida en un Hindú, pero no apareció sola. Un tal Pepe, lisboeta y amigo -suponemos que especial- se presentó con ella.
Esto suponía un contratiempo para David, claro, porque uno de los objetivos no declarados -pero posteriormente admitidos- del viaje, era que él saldara una cuentilla pendiente que tenía de la Erasmus, no se si me estoy expresando con claridad o el circunloquio distrae un poco de lo que es la idea central que este párrafo quiere trasmitir: le quería meter mieo, vamos.
Así que, como buenos amigos que somos, nada más llegar a un bar a beber caipirinhas, Raul y yo desplegamos todas nuestras habilidades sociales para entretener al tal Pepe.
No fue fácil, sobre todo teniendo en cuenta que él no hablaba castellano ni nosotros portugués, pero conseguimos darle a David más de uno y más de dos momentos de intimidad, que con todo y con eso fueron insuficientes.
Un poco chispaetes y andando, volvimos al albergue. El japonés ya no estaba, su lugar lo ocupaba...
.El portugués de dos estados.
A la mañana siguiente conocimos a nuestro nuevo compañero de habitación. Era portugués -no nos dio muchos más detalles- y tenía dos estados: durmiendo y en calzoncillos. Esto lo fuimos descubriendo a lo largo de los días que pasamos allí. La secuencia de estas dos posiciones era totalmente aleatoria, es decir, que lo mismo lo veías durmiendo al mediodia o paseando en calzoncillos por la noche. Los calzoncillos eran tipo slip con dibujitos infantiles, esto lo explico para ilustrar un poco.
.Sintra y Estoril
Había llegado el momento de abandonar la capital y darse un paseo por la naríz de la península. Sintra y su Castelo de los Mouros fue la primera parada, y aquello la verdad es que era muy bonito.
Como Raúl, en un movimiento de egoismo zalamero, nos convenció para no visitar el Palacio de Sintra -esa se la tenemos aún guardada- partimos pronto por la costa a ver Estoril, bella también, aunque la vimos casi de pasada.
.¿Qué queda?
Creo que lo he contado todo, aunque creo que la secuencia temporal de los acontecimientos no esta afinada del todo. Ya esta bien teniendo en cuenta que hace de esto... seis años (maremía).
Ya sólo queda un viaje de vuelta en coche, lloviendo a mares por Badajoz, bajando no-se-que-puerto-de-montaña con David intentando adelantar en sitios imposibles, poniéndonos un poco de los nervios.
Y esas dos horas esperando el bus Sevilla-Granada, en esa entrañable Estación de Prado de San Sebastián, sin bajar nunca la guardia e intentando mantener a raya a los asaltadores.
No, espera, que me olvidaba de algo.
.Pero Raul...
Esto pasaba justo antes de irnos de Lisboa. Habiamos quedado con Guida en que nos llamaría para desayunar juntos y despedirnos.
Viendo que pasaba la mañana y no nos llamaba, Raúl, cabreadísimo, entra en una cabina dispuesto a ponerle a "esta tía" las cosas en su sitio.
Desde fuera lo vimos descolgar decidido, llamar, decir dos palabras... y quedarse mudo.
- Bueno, que ha pasado, cuenta.
- Pues le estaba echando la bronca y me ha soltao un "pero Rauul" -con dulcísimo acento portugués- que me ha desarmao.
.Colofón
Fue un gran viaje.
9.10.07
Lisboa (V)
(Toda V tiene una IV, una III, una II y una I)
.this is my room
Llegamos al albergue dispuestos a dormir bien. En la habitación, el japonés se estaba acostando ya y, tras saludarnos con una amplia sonrisa y un par de reverencias, se ató un pañuelo blanco a la frente de forma ceremoniosa y se tumbó en la cama. Nosotros hicimos lo mismo -bueno, lo del pañuelo y eso no- y nos echamos a dormir.
Llevaríamos una hora o dos durmiendo cuando llamaron con violencia a la puerta.
Abrí el ojillo y vi que Raúl se estaba haciendo el sueco. El japonés también -cosa curiosa un japonés haciéndose el sueco. David gruñía.
Seguían llamando. David, en gallumbos, se levantó.
Cuando abrió la puerta, la luz del pasillo dibujó una enorme silueta que bramó:
-This is my room
(Esta es mi habitación. Os voy a comer)
Figura artística para ilustrar el momento. Supóngase que David es ella y que el hacha es un paraguas.
-N..no, this is o-our room
-This is my room. I left here my umbrella and my deodorant.
(-No, mire, esta es nuestra habitación señor ogro.
-No, es la mía. Tengo aquí mi jodido paraguas y mi desodorante. Os voy a machacar)
-¿Um...umbrella? Where?
-In the closet. My umbrella and my deodorant.
(- ¿Pa..paraguas? ¿Comorl quietorl?.
- En el armario contra el que, por cierto, voy estrellarte la cabeza. Mi paraguas y mi desodorante)
David abrió el armario y sacó, efectivamente, un paraguas y un desodorante.
Se los dió y cerró la puerta.
Una vez se hubo ido, comentamos el suceso.
-Anda que os levantáis cabrones
El japonés nos miraba intentando averiguar qué demonios acababa de pasar.
.¿y si se more?
Tras disfrutar con deleite y orgullo del desayuno del albergue -nada llena más de orgullo que ejercer el derecho del desayuno incluido- nos dispusimos a llevar a cabo el plan del día: La Expo y el Oceanario.
La Linha Vermella del metro llegaba hasta la misma expo, y para allá que fuimos. De la fastuosa Exposición del 98 quedaban poquitas cosas, o al menos no las vimos. Lo que si vimos fue el Ponte Vasco da Gama, y, claro, El Oceanario, que fue donde echamos la mañana.
Después de rodear varias veces el tanque principal y de ver los cuatro ambientes en que se divide el Oceanario (House, Dance, Chill-out... no, Tropical, Artico, Pacífico y Atlántico Norte), bajamos a la última planta donde se exponían algunos acuarios con diferentes especies.
En una oscurísima sala se exponía con extremo cuidado una especie de caballito de mar luminiscente rarísimo. Estabamos allí contemplándolo con solemnidad cuando de repente a nuestra espalda, ¡FLASH!, esa pedazo de turista que tira la foto con un flash de ochentamil vatios.
La bronca de la tia de seguridad fue descomunal. Para la posteridad quedó una frase: -¿Y si se more, eh? ¿Y si se more?
(Continúa AQUÍ)
.this is my room
Llegamos al albergue dispuestos a dormir bien. En la habitación, el japonés se estaba acostando ya y, tras saludarnos con una amplia sonrisa y un par de reverencias, se ató un pañuelo blanco a la frente de forma ceremoniosa y se tumbó en la cama. Nosotros hicimos lo mismo -bueno, lo del pañuelo y eso no- y nos echamos a dormir.
Llevaríamos una hora o dos durmiendo cuando llamaron con violencia a la puerta.
Abrí el ojillo y vi que Raúl se estaba haciendo el sueco. El japonés también -cosa curiosa un japonés haciéndose el sueco. David gruñía.
Seguían llamando. David, en gallumbos, se levantó.
Cuando abrió la puerta, la luz del pasillo dibujó una enorme silueta que bramó:
-This is my room
(Esta es mi habitación. Os voy a comer)
Figura artística para ilustrar el momento. Supóngase que David es ella y que el hacha es un paraguas.
-N..no, this is o-our room
-This is my room. I left here my umbrella and my deodorant.
(-No, mire, esta es nuestra habitación señor ogro.
-No, es la mía. Tengo aquí mi jodido paraguas y mi desodorante. Os voy a machacar)
-¿Um...umbrella? Where?
-In the closet. My umbrella and my deodorant.
(- ¿Pa..paraguas? ¿Comorl quietorl?.
- En el armario contra el que, por cierto, voy estrellarte la cabeza. Mi paraguas y mi desodorante)
David abrió el armario y sacó, efectivamente, un paraguas y un desodorante.
Se los dió y cerró la puerta.
Una vez se hubo ido, comentamos el suceso.
-Anda que os levantáis cabrones
El japonés nos miraba intentando averiguar qué demonios acababa de pasar.
.¿y si se more?
Tras disfrutar con deleite y orgullo del desayuno del albergue -nada llena más de orgullo que ejercer el derecho del desayuno incluido- nos dispusimos a llevar a cabo el plan del día: La Expo y el Oceanario.
La Linha Vermella del metro llegaba hasta la misma expo, y para allá que fuimos. De la fastuosa Exposición del 98 quedaban poquitas cosas, o al menos no las vimos. Lo que si vimos fue el Ponte Vasco da Gama, y, claro, El Oceanario, que fue donde echamos la mañana.
Después de rodear varias veces el tanque principal y de ver los cuatro ambientes en que se divide el Oceanario (House, Dance, Chill-out... no, Tropical, Artico, Pacífico y Atlántico Norte), bajamos a la última planta donde se exponían algunos acuarios con diferentes especies.
En una oscurísima sala se exponía con extremo cuidado una especie de caballito de mar luminiscente rarísimo. Estabamos allí contemplándolo con solemnidad cuando de repente a nuestra espalda, ¡FLASH!, esa pedazo de turista que tira la foto con un flash de ochentamil vatios.
La bronca de la tia de seguridad fue descomunal. Para la posteridad quedó una frase: -¿Y si se more, eh? ¿Y si se more?
(Continúa AQUÍ)
20.9.07
Volver, romper, bailar
Son muchas cosas para un solo post, asi que intentaré mezclarlas de la forma mas caótica posible.
Para abrir boca, dejémos que sea el Sr. Barracus con su hipnótico baile
el que empiece a desconcertarnos.
Asi con el ambiente preparado y el áura limpia y prístina, se puede comenzar.
Noticia: Mi regreso está pactado ya. En Octubre volveré a la ciudad que me vio nacer -aunque ninguno de los dos nos acordemos. Volveré parcialmente porque seguiré volando dos semanas al mes a UK, pero volveré al fin y al cabo.
Noticia: Mi moto murió. Una gripe muy mala dice el doctor. Queden estos post como recuerdo y homenaje:
El flechazo - La primera vez - Gozando juntos - El fin
[10/10/07 - Edito con gran satisfacción. Hay donante de motor para salvarle la vida. Queda moto para rato!]
Para abrir boca, dejémos que sea el Sr. Barracus con su hipnótico baile
el que empiece a desconcertarnos.
Asi con el ambiente preparado y el áura limpia y prístina, se puede comenzar.
Noticia: Mi regreso está pactado ya. En Octubre volveré a la ciudad que me vio nacer -aunque ninguno de los dos nos acordemos. Volveré parcialmente porque seguiré volando dos semanas al mes a UK, pero volveré al fin y al cabo.
Noticia: Mi moto murió. Una gripe muy mala dice el doctor. Queden estos post como recuerdo y homenaje:
El flechazo - La primera vez - Gozando juntos - El fin
[10/10/07 - Edito con gran satisfacción. Hay donante de motor para salvarle la vida. Queda moto para rato!]
19.9.07
My British way of life en imágenes, V
Más fotos de Richmond, esta vez una pequeña serie al atardecer. El verano se acaba y mi estancia aquí también acabará pronto.
Richmond IV |
12.9.07
29.8.07
El tercer sentido
Hace unos días me volvió a pasar. Aquí en Richmond, en un callejon.
Un perfume como una bofetada y de repente, la plastilina, las mesas de colores, las cartillas, los puzles: estaba en la guardería. Me sentía como cuando estaba allí.
La mujer que acababa de cruzarse usaba el mismo perfume que mi profesora de guardería. Estaba seguro. Un perfume lo suficientemente raro como para no volver a tropezar con él en muchos años.
Un olor es capaz de traer a la memoria los recuerdos de una forma muy intensa, de una forma en la que ningún otro sentido es capaz de traerlos. La memoria del olfato. Es algo que me fascina, no se si le pasa a mucha gente o si es más o menos habitual.
Esa fue una de las razones por las que me llegó tanto El Perfume cuando lo leí, y también más recientemente cuando lo vi. Y no es por tener yo el olfato de Grenoille, ni mucho menos, aunque a veces me quede olfateando el aire intentando atrapar un recuerdo fugaz, y me guste oler toda cosa que cae en mis manos, como las fotocopias que daban en clase, o cualquier comida antes de comerla.
Pero desde luego que coleccionaría ciertos olores.
Recuerdo el olor de un detergente que ya seguramente no se fabricará, o al menos no he vuelto a oler. Me recordaba al patio de vecinos de mis primos. Y a la canción "Me colé en una fiesta", de Mecano, curiosamente.
O el olor del comedor del colegio. Ese lo huelo de vez en cuando en la calle, al pasar cerca de alguna cocina parecida. No es especialmente agradable, pero sí muy evocador.
Como el olor de las tormentas de verano. Hace muy poco tuve la ocasión de saborearlo en el pueblo. Huelen antes de llegar, mientras caen y especialmente cuando se van.
O el olor de los pinos calentados por el sol -de esto hay hasta una canción.
En septiembre, el olor de los higos de las higueras que se secan dulcemente en el suelo, o el de los libros recien forrados y de las libretas nuevas.
El de las zarzamoras, el de las castañas asadas, de las figuras del belén, de los puestos de garrapiñadas, el de las gomas de borrar, el olor sordo de las mañanas frías, el de una buena chimenea, el de las iglesias, el de las casas viejas...
El olor de...
[sigue enlos tus comentarios]
Un perfume como una bofetada y de repente, la plastilina, las mesas de colores, las cartillas, los puzles: estaba en la guardería. Me sentía como cuando estaba allí.
La mujer que acababa de cruzarse usaba el mismo perfume que mi profesora de guardería. Estaba seguro. Un perfume lo suficientemente raro como para no volver a tropezar con él en muchos años.
Un olor es capaz de traer a la memoria los recuerdos de una forma muy intensa, de una forma en la que ningún otro sentido es capaz de traerlos. La memoria del olfato. Es algo que me fascina, no se si le pasa a mucha gente o si es más o menos habitual.
Esa fue una de las razones por las que me llegó tanto El Perfume cuando lo leí, y también más recientemente cuando lo vi. Y no es por tener yo el olfato de Grenoille, ni mucho menos, aunque a veces me quede olfateando el aire intentando atrapar un recuerdo fugaz, y me guste oler toda cosa que cae en mis manos, como las fotocopias que daban en clase, o cualquier comida antes de comerla.
Pero desde luego que coleccionaría ciertos olores.
Recuerdo el olor de un detergente que ya seguramente no se fabricará, o al menos no he vuelto a oler. Me recordaba al patio de vecinos de mis primos. Y a la canción "Me colé en una fiesta", de Mecano, curiosamente.
O el olor del comedor del colegio. Ese lo huelo de vez en cuando en la calle, al pasar cerca de alguna cocina parecida. No es especialmente agradable, pero sí muy evocador.
Como el olor de las tormentas de verano. Hace muy poco tuve la ocasión de saborearlo en el pueblo. Huelen antes de llegar, mientras caen y especialmente cuando se van.
O el olor de los pinos calentados por el sol -de esto hay hasta una canción.
En septiembre, el olor de los higos de las higueras que se secan dulcemente en el suelo, o el de los libros recien forrados y de las libretas nuevas.
El de las zarzamoras, el de las castañas asadas, de las figuras del belén, de los puestos de garrapiñadas, el de las gomas de borrar, el olor sordo de las mañanas frías, el de una buena chimenea, el de las iglesias, el de las casas viejas...
El olor de...
[sigue en
27.8.07
Rompiendo ahí
-¿Alfacar? Parece el nombre de un concesionario de coches.
Bromea desde el otro lado del telefono el empleado de la asistencia en carretera.
Para bromitas que estoy.
Menos mal que he conseguido llegar con el motor roto hasta la gasolinera, donde la gente me mira como preguntándose qué hace el pelúo este de la moto y a qué espera.
Pues sí, 10 kilómetros me duró la mini-aventura. Así que a tomar por culo mis aspiraciones eólicas y demás chorradas -por ahora.
Ahora a ver lo que me cuenta el del taller.
[Edito - 28/08]
Y además, dos álbunes de fotos:
|
|
17.8.07
El deseo de ser viento
Recomiendo volumen alto y parada 4 segundos antes del final.
Y he aquí su triste historia...
La publicidad la pagan los mercaderes,
pero la hacen los artistas.
Y he aquí su triste historia...
La publicidad la pagan los mercaderes,
pero la hacen los artistas.
El deseo de ser viento (II)
Anoche soñaba que era viento
que levantaba tu sabana
acariciaba tu cuerpo
recorría tus rincones
erizaba tu vello
secaba tu sudor
acariciaba tu pecho
y me dejaba caer
susurrando
en tu cuello.
Luego soñaba tan fuerte
que azoté en mi camino
prados y pueblos
hice llorar a las nubes
se escondían las aves
se asustaban los viejos
Porque me despertaba y estaba
tan lejos
15.8.07
Me ronda por la cabeza...
La idea de una nueva aventura.
Viendo la hazaña de este buen colgao, se aviva un fueguecillo que ya ardía en mi cabeza. No creo que sea posible este año, pero el que viene, ¿Quién sabe?
Saborear el gustillo de una nueva aventura devuelve al pirata el brillo en el ojo bueno, dicen.
8.8.07
La Cocina
Hay luz en la ventana de la buhardilla. Es una ventana como las que se reflejan en los globos, de esas que se dividen en cuatro rectángulos.
Tras ella, una pequeña cocina de madera blanca con tarritos de latón. Tiene cortinas pequeñas de cuadros y una minúscula hornilla con elegandes reguladores de gas.
Con los brazos en jarras ella mira los tarros del anaquel.
Un cazo rojo y pequeño ebulle en el fuego.
Coje un tarrito indecisa. Lo abre y lo huele despacio. En la pequeña etiqueta escrita con letra regular, pone "Miedo". Echa apenas un poco.
-Siempre algo de miedo -Recita como el que reza una oración o repite algo de memoria.
Deja el tarro en su sitio. Es turno ahora de la compasión, dos cucharadas que se esparcen sobre las burbujas y las visten con puntitos marrones. A simple vista parece Avecrém.
Bordado sobre un trapo que cuelga en la repisa, se puede leer:
En esta cocina se cuecen sentimientos, claro.
Los buenos y los malos.
-Los buenos sentimientos son como un buen postre o un plato de pasta, amenos al paladar y de suave digestión. También suelen ir en el menú infantil -Argumenta la cocinera agitando el índice sin dejar de remover, y mirando a un gato que dormita sobre el radiador.
-Los otros son a veces picantes y otras simplemente amargos, y no todos los estómagos estan preparados para digerirlos bien. Ni mucho menos.
-Se sabe que el comensal más entrenado, si el guiso no es excesivamente fuerte, suele ser capaz de digerirlos con cierta celeridad y excretarlos de manera fácil y discreta -dice y al tiempo prueba una cucharada.
-Pero hay comensales que se estriñen con ellos -dice muy seria con voz de conferenciante y frunciendo el entrecejo- y los guardan dentro, eso les provoca grandes dolores y les impide en un espacio de tiempo determinado comerse cualquier otro sentimiento, aunque sea el mejor de ellos. Incluso si se los ofreces, ¡Te lo rechazan!
-Cuando al fin consiguen expulsar el vil manjar causante del atasco, pueden aparecer vómitos de sentimientos. En ese caso, si se está cerca del afectado, habrá que tener especial cuidado de no mancharse con ellos y procurar facilitar la labor al excretante.
El guiso de esta noche es un segundo plato, una sentimental sopa de picadillo.
3.8.07
18.7.07
Querido impostor
Dice el encabezado:
Transcripción de Antonio Ramirez Martin
ramix4@terra.es
y éramos solamente tú y yo los que sabíamos que es mentira, Antonio Ramirez Martín.
Te he mandado un mail, esa ya no es tu dirección.
Si alguna vez tu vanidad, Antonio Ramirez Martin, te trae aquí a través de Google, mira a ver si puedes compensar a la mía, ¡O al menos me lo explicas!
Transcripción de Antonio Ramirez Martin
ramix4@terra.es
y éramos solamente tú y yo los que sabíamos que es mentira, Antonio Ramirez Martín.
Te he mandado un mail, esa ya no es tu dirección.
Si alguna vez tu vanidad, Antonio Ramirez Martin, te trae aquí a través de Google, mira a ver si puedes compensar a la mía, ¡O al menos me lo explicas!
12.7.07
Nostalgia-Morriña
Me contaba Kike que había estado en Santiago con el Oni. Me han venido recuerdos de casi hace justo un año y me he mirado en el espejo del cuarto de baño de esta oficina inglesa. He visto a un tio con camisa y con una tarjeta identificativa colgando del cuello. Pero, fijándome mejor, he visto -lo juro- que en el dorso de sus manos conservaba aún la marca del guante ciclista.
He recordado el vino de Logroño, los menús del peregrino, los 58 acuarius con naranja, el pulpo de Melide, el Ribeiro en tacillas de barro, el churrasco de Ponferrada, el albergue de Belorado, el alto de O'Cebreiro... cuando se acaba, el albergue de Órbigo, la bajada a Triacastela, el alto del Pollo...
Y ese recibimiento del Oni en Casa Felisa, esa ensalada de Canónigos que tan famosa se ha acabado haciendo, y Santiago...
Lo mismo es que quizá necesite unas vacaciones.
He recordado el vino de Logroño, los menús del peregrino, los 58 acuarius con naranja, el pulpo de Melide, el Ribeiro en tacillas de barro, el churrasco de Ponferrada, el albergue de Belorado, el alto de O'Cebreiro... cuando se acaba, el albergue de Órbigo, la bajada a Triacastela, el alto del Pollo...
Y ese recibimiento del Oni en Casa Felisa, esa ensalada de Canónigos que tan famosa se ha acabado haciendo, y Santiago...
Lo mismo es que quizá necesite unas vacaciones.
9.7.07
Una ciudad para los cuerpos, otra para las mentes
La calle adoquinada sufre una pendiente ligeramente ascendente. Las aceras tienen alcorques circulares en sus piedras por los que emergen orgullosos olmos viejos. La luz siempre entra de lado y es, claro, la luz anaranjada de la tarde.
A través del vidrio del escaparate me miran, en perfecta formación, los soldados de madera de cilíndrica nariz y coloretes rojos. Las muñecas de trapo, detrás, hacen asamblea en semicírculo y hablan de sus cosas, pertrechadas por el tambor de hojalata y la flauta dulce.
Arriba cuelgan el avión y el globo, estáticos en el aire, y en un lado un patinete, al otro un payaso.
Mas allá el juguetero tiene bigote gris y un sombrero igual que el que siempre llevaba Chico Marx. Sobre su mesa un títere recibe un tratamiento de cola blanca. Dentro la luz es, claro, amarilla.
Salgo de allí sin haber entrado y sigo calle arriba...
A través del vidrio del escaparate me miran, en perfecta formación, los soldados de madera de cilíndrica nariz y coloretes rojos. Las muñecas de trapo, detrás, hacen asamblea en semicírculo y hablan de sus cosas, pertrechadas por el tambor de hojalata y la flauta dulce.
Arriba cuelgan el avión y el globo, estáticos en el aire, y en un lado un patinete, al otro un payaso.
Mas allá el juguetero tiene bigote gris y un sombrero igual que el que siempre llevaba Chico Marx. Sobre su mesa un títere recibe un tratamiento de cola blanca. Dentro la luz es, claro, amarilla.
Salgo de allí sin haber entrado y sigo calle arriba...
30.6.07
14.6.07
Tuareg
Esta no es la portada del libro. Es de otro libro: Touareg, de Vazquez-Figueroa
Lo que reproduzco abajo es la entrevista a Moussa Ag Assarid, un Tuareg que se ha convertido en escritor y que narra con bastante elocuencia lo pintorescos que resultamos los Señores del Nor para los Hombres Azules, y nos demuestra que existen formas de vivir diferentes -¿mejores?.
Visto en Balazos
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No sé mi edad: ¡nací en el desierto del Sahara, sin papeles...! Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier-1. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo
- ¡Qué turbante tan hermoso...!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa abandonados,porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: señores del desierto,nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
- ¿Sí? No parece muy estimulante...
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Vi correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito.Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la universidad...!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.
12.6.07
My british way of life, en imágenes
A muchos os lo he mandao ya por mail, pero como soy muy pesao y estoy muy orgullososo de ellas, las pongo aqui también:
Fotos de Richmond (I) - álbum
25.5.07
London calling
25.4.07
Anda un video
Sí, el viejo truco de poner un video de YouTube cuando no sabes que poner.
Es Do the Evolution, de Pearl Jam. Me lo enseñó el Jose hace tiempo ya, y todavía tengo que tomar aire cada vez que lo veo.
(La Letra, sin desperdicio tampoco)
Volveremos!
Es Do the Evolution, de Pearl Jam. Me lo enseñó el Jose hace tiempo ya, y todavía tengo que tomar aire cada vez que lo veo.
(La Letra, sin desperdicio tampoco)
Volveremos!
29.3.07
Cartas desde el pasado
El año pasado descubrí Future Me, un sitio web que te permite enviar un mail con fecha programada. No me acordaba de que me mandé un mail a mi mismo hace justo un año, y me acaba de llegar.
Al haber pasado tanto tiempo y no recordar lo que puse, es como si me lo hubiera enviado otra persona. Recomiendo el experimento.
Breves:
Al haber pasado tanto tiempo y no recordar lo que puse, es como si me lo hubiera enviado otra persona. Recomiendo el experimento.
Breves:
- Aunque la gente sea tan chunga como es, yo seguiré siendo tal y como soy (Ea).
- Me estoy adaptando ya. No es nada fácil cambiar de vida.
- Have you ever seen the rain?
8.3.07
Ahora vivo aqui
3.3.07
Jambre de escenario
Este viernes toca de nuevo La Barca -había ganas ya-, en casa y en familia. Nos veremos por allá, ¿no?
21.2.07
De modo que me mudo
Más cambios y que viva el 2007. Si hace menos de un mes cambiaba de trabajo, ahora me toca cambiar de piso.
Y qué piso.
Si os fijais en la imagen, la flechita apunta como a la azotea de un edificio. Es en efecto la azotea de un edificio de 10 pisos.
Es mi terraza!!
Una enooooorme terraza donde -sííí, claaaaro que sí- vamos ha hacer muchas fiestecillas que no?
Pues eso, mi futuro domicilio es el ático que deja libre una excompañera de trabajo. Ya es oficial y sólo queda hacer los correspondientes papeleos y una estupenda mudanza. No me voy muy lejos, por cierto, sigo en el Zaidín.
Se cierra así el ciclo Juan Cristóbal que empezó hace casi dos años (y que ya os contaba entonces aqui, aquí y aquí también).
¿Qué más trae el 2007?
Y qué piso.
Si os fijais en la imagen, la flechita apunta como a la azotea de un edificio. Es en efecto la azotea de un edificio de 10 pisos.
Es mi terraza!!
Una enooooorme terraza donde -sííí, claaaaro que sí- vamos ha hacer muchas fiestecillas que no?
Pues eso, mi futuro domicilio es el ático que deja libre una excompañera de trabajo. Ya es oficial y sólo queda hacer los correspondientes papeleos y una estupenda mudanza. No me voy muy lejos, por cierto, sigo en el Zaidín.
Se cierra así el ciclo Juan Cristóbal que empezó hace casi dos años (y que ya os contaba entonces aqui, aquí y aquí también).
¿Qué más trae el 2007?
12.2.07
Atenzió, concentrazió
Bueno: ir a Madrid a ver un concierto de BandaBardò
Muy bueno: ...y que los mismos BandaBardò te regalen la entrada y hables con ellos
Cojonudísimo: ...y que te inviten a subir al escenario a cantar (y bailar) Beppeana con ellos, y te presenten como "desde Granada, nuestros amigos hermanos de La Barca della Sua"
6.2.07
Lisboa (IV)
(Toda IV tiene una III, una II y una I)
.lisboa
Lo primero que hicimos fue reservar sitio en el albergue juvenil. La habitación con dos literas que nos dieron, aunque compartida, era gloria bendita comparada con el agujero de la noche anterior.
En el balcón, un japonés tendía calcetines. Se puso muy contento cuando vio a Raúl.
Cuando nos pusimos a hablar con él, descubrimos que no hablaba ni español, ni portugués ni inglés. Debió suponer que Raúl hablaba japones y que al fin iba a poder expresarse en su lengua materna.
Haciendo malabarismos dialécticos nos contó que venía de recorrer España entera él solo y que ahora estaba haciendo lo propio con Portugal. Le dijimos que eramos de Granada y nos dijo que también había estado allí. A saber la de timos, sablazos y triquiñuelas que nuestros paisanos le habrían hecho al pobre, pensamos.
A nosotros por lo pronto, el taxista de la noche anterior nos había hecho pasar cuatro veces por la misma calle, tal y como descubrimos callejeando un poco a plena luz del día.
.turistas
Nos lanzamos a hacer el turista por la ciudad.
Si le preguntas a alguien que haya estado en Lisboa qué es lo más destacable, el momumento imprescindible o el sitio que no te puedes perder, seguramente no te sabrá contestar.
Lisboa es bella toda ella -qué rima tan estúpida-, son bellas sus calles, sus barrios, su aire entre moderno y decadente, su latir como urbe, sus tranvías...
Hay que sentarse en mitad de la Plaça do Comerço, subir Restauradores, pasar por la bella estación de Rossio, subir el funicular de Chiado, pasear por la Alfama... (1)
De todo un poco hicimos aquel día. La tarde nos cayó pronto en Belem, y a eso de las once de la noche decidimos volvernos al albergue. En metro. Craso error.
.el metro de Lisboa a las 23 horas es cosa mala
No nos extrañó no encontrarnos mucha gente en el metro. Tampoco que apareciera una señora mayor, borracha y con un vestido blanco, que nos hablaba y cantaba alternativamente, y cuyo pecho izquierdo amenazaba con salirse a cada énfasis.
Nos subimos en un vagón hasta Marqués de Pombal donde debíamos cambiar para ir a Picoas. Nos sentamos en el anden vacío a esperar.
En esto que aparecen cinco pakistanís y se nos sientan justo al lado.
Cincuenta sillas vacías. Tres veinteañerillos españoles con cara de turista y cinco pakistanís justo al lado sin parar de mirarlos.
Raúl era el más próximo a ellos y el que más al tanto estaba de la situación. Decidió -nos contó esto después- ponerse a apretar los puños de forma amenazadora para amedrentarlos un poco. Pero cuando levantó uno de los puños, la manga de la camisa bajó, dejando al descubierto su flamante reloj Swatch de aluminio.
Llegó el metro y nos subimos. En el mismo vagón se subieron ellos. Mientras Raúl le daba a David la VISA para que se la metiera en los calzoncillos, yo seguía un poco ajeno a todo aquello.
-Esta es nuestra parada -planeaba Raúl- vamos a hacer como que nos bajamos para que se bajen ellos y nos los quitamos de encima.
Nos acercamos a la puerta. Para el tren. Hacemos el amago y nos sale, ellos se bajan.
Y yo... me bajo también -qué demonios, esta es nuestra parada. David y Raúl me miran desde dentro del vagón con cara de pánico. En el último momento, se bajan también.
No fui muy consciente de mi error hasta que no nos vi corriendo escaleras arriba perseguidos por ellos. Nos iban a pegar el palo de nuestras vidas.
Pero al llegar al un rellano... creo que nunca me he alegrado tanto de ver a la policía.
Nos quedamos parados junto a los tres agentes como niños en las faldas de sus madres y los vimos pasar. Ellos nos miraron fijamente con una mirada de "vaya suerte que habéis tenido mamoncetes".
-Luigi, te mato
(Continúa AQUÍ)
(1) Sobre el urbanismo de Lisboa
.lisboa
Lo primero que hicimos fue reservar sitio en el albergue juvenil. La habitación con dos literas que nos dieron, aunque compartida, era gloria bendita comparada con el agujero de la noche anterior.
En el balcón, un japonés tendía calcetines. Se puso muy contento cuando vio a Raúl.
Cuando nos pusimos a hablar con él, descubrimos que no hablaba ni español, ni portugués ni inglés. Debió suponer que Raúl hablaba japones y que al fin iba a poder expresarse en su lengua materna.
Haciendo malabarismos dialécticos nos contó que venía de recorrer España entera él solo y que ahora estaba haciendo lo propio con Portugal. Le dijimos que eramos de Granada y nos dijo que también había estado allí. A saber la de timos, sablazos y triquiñuelas que nuestros paisanos le habrían hecho al pobre, pensamos.
A nosotros por lo pronto, el taxista de la noche anterior nos había hecho pasar cuatro veces por la misma calle, tal y como descubrimos callejeando un poco a plena luz del día.
.turistas
Nos lanzamos a hacer el turista por la ciudad.
Si le preguntas a alguien que haya estado en Lisboa qué es lo más destacable, el momumento imprescindible o el sitio que no te puedes perder, seguramente no te sabrá contestar.
Lisboa es bella toda ella -qué rima tan estúpida-, son bellas sus calles, sus barrios, su aire entre moderno y decadente, su latir como urbe, sus tranvías...
Hay que sentarse en mitad de la Plaça do Comerço, subir Restauradores, pasar por la bella estación de Rossio, subir el funicular de Chiado, pasear por la Alfama... (1)
De todo un poco hicimos aquel día. La tarde nos cayó pronto en Belem, y a eso de las once de la noche decidimos volvernos al albergue. En metro. Craso error.
.el metro de Lisboa a las 23 horas es cosa mala
No nos extrañó no encontrarnos mucha gente en el metro. Tampoco que apareciera una señora mayor, borracha y con un vestido blanco, que nos hablaba y cantaba alternativamente, y cuyo pecho izquierdo amenazaba con salirse a cada énfasis.
Nos subimos en un vagón hasta Marqués de Pombal donde debíamos cambiar para ir a Picoas. Nos sentamos en el anden vacío a esperar.
En esto que aparecen cinco pakistanís y se nos sientan justo al lado.
Cincuenta sillas vacías. Tres veinteañerillos españoles con cara de turista y cinco pakistanís justo al lado sin parar de mirarlos.
Raúl era el más próximo a ellos y el que más al tanto estaba de la situación. Decidió -nos contó esto después- ponerse a apretar los puños de forma amenazadora para amedrentarlos un poco. Pero cuando levantó uno de los puños, la manga de la camisa bajó, dejando al descubierto su flamante reloj Swatch de aluminio.
Llegó el metro y nos subimos. En el mismo vagón se subieron ellos. Mientras Raúl le daba a David la VISA para que se la metiera en los calzoncillos, yo seguía un poco ajeno a todo aquello.
-Esta es nuestra parada -planeaba Raúl- vamos a hacer como que nos bajamos para que se bajen ellos y nos los quitamos de encima.
Nos acercamos a la puerta. Para el tren. Hacemos el amago y nos sale, ellos se bajan.
Y yo... me bajo también -qué demonios, esta es nuestra parada. David y Raúl me miran desde dentro del vagón con cara de pánico. En el último momento, se bajan también.
No fui muy consciente de mi error hasta que no nos vi corriendo escaleras arriba perseguidos por ellos. Nos iban a pegar el palo de nuestras vidas.
Pero al llegar al un rellano... creo que nunca me he alegrado tanto de ver a la policía.
Nos quedamos parados junto a los tres agentes como niños en las faldas de sus madres y los vimos pasar. Ellos nos miraron fijamente con una mirada de "vaya suerte que habéis tenido mamoncetes".
-Luigi, te mato
(Continúa AQUÍ)
(1) Sobre el urbanismo de Lisboa
3.2.07
Lisboa (III)
(Ver antes la I y la II)
.donde sea pero dormir
A las tres y pico de la madrugada, no había sitio en el albergue. En inglés nos explicaron que había una pensión cerca de allí que cobraba lo mismo.
La recepción de aquella pensión también era bonita, y si que había vacancies.
-But you have to share the room with more people
-¿More people? ¿How many?
-Five.
Traduzco gentilmente: "Pero tenéis que compartir la habitación con más peña. ¿Cuántos húngaros más van a dormir con nosotros?. Cinco, dos piesne con perros y barbas, dos orondos violadores y un oligofrénico sarnoso".
-We also have rooms for three people.
-One for three, please.
-¿With bathroom?
-Yes
"También tenemos habitaciones para tres pringaos como vosotros. Danos una por lo que valga. ¿Con baño o preferís quitaros la roña que traéis a gargajos, trio de osos?. Va a ser que con baño"
Era sensiblemente más caro pero infinitamente mejor.
Buscando nuestra habitación descubrimos que, en aquella pensión, sólo era bonita la recepción. El resto era una mierda.
Cuando la encontramos descubrimos que el resto, así comparado, no era tan malo.
Una moqueta asquerosa tapizaba el suelo. Las paredes estaban pintadas -algunas más y otras menos- con un ocre pastosete. Una cama de matrimonio, un arco de medio punto, una cama pequeña, un armario polvoriento, y una cortina de hule al final. Tras ella estaba el baño, en la misma -¡en la misma!- estancia que el resto. Se podía usar el WC poniendo los pies en la cama, para que me entendáis.
Dentro del armario había tres almohadas con pelusas.
-Menos mal que hemos traído los sacos.
-Hombre, una ventana.
Cuando la abro y me encuentro un muro de ladrillo a medio metro, me da la risa tonta.
Pero eso no era lo peor.
Al rato nos fijamos que, junto a la cama individual, había un papelito con un número 3.
Qué curioso, la de matrimonio tiene un 1 en una esquina y un 2 en la otra.
Nos rascamos la barbilla para seguidamente abrir mucho los ojos:
Habitaciones compartidas. You have to share the room with more people.
Es decir, que si te decían, pongamos por caso, habitación 13 cama 2, tenías que entrar muy despacito por tu lado de la cama sin despertar al desconocido que dormía al otro lado... ¡En la misma cama!.
Qué bien que estaba aquella habitación al fin y al cabo.
Comimos un poco de fuet en plan julai y planeamos el siguiente día. Lisboa nos esperaba. Con el saco cerrado en plan momia, despedimos aquella jornada.
(Continúa AQUÍ)
.donde sea pero dormir
A las tres y pico de la madrugada, no había sitio en el albergue. En inglés nos explicaron que había una pensión cerca de allí que cobraba lo mismo.
La recepción de aquella pensión también era bonita, y si que había vacancies.
-But you have to share the room with more people
-¿More people? ¿How many?
-Five.
Traduzco gentilmente: "Pero tenéis que compartir la habitación con más peña. ¿Cuántos húngaros más van a dormir con nosotros?. Cinco, dos piesne con perros y barbas, dos orondos violadores y un oligofrénico sarnoso".
-We also have rooms for three people.
-One for three, please.
-¿With bathroom?
-Yes
"También tenemos habitaciones para tres pringaos como vosotros. Danos una por lo que valga. ¿Con baño o preferís quitaros la roña que traéis a gargajos, trio de osos?. Va a ser que con baño"
Era sensiblemente más caro pero infinitamente mejor.
Buscando nuestra habitación descubrimos que, en aquella pensión, sólo era bonita la recepción. El resto era una mierda.
Cuando la encontramos descubrimos que el resto, así comparado, no era tan malo.
Una moqueta asquerosa tapizaba el suelo. Las paredes estaban pintadas -algunas más y otras menos- con un ocre pastosete. Una cama de matrimonio, un arco de medio punto, una cama pequeña, un armario polvoriento, y una cortina de hule al final. Tras ella estaba el baño, en la misma -¡en la misma!- estancia que el resto. Se podía usar el WC poniendo los pies en la cama, para que me entendáis.
Dentro del armario había tres almohadas con pelusas.
-Menos mal que hemos traído los sacos.
-Hombre, una ventana.
Cuando la abro y me encuentro un muro de ladrillo a medio metro, me da la risa tonta.
Pero eso no era lo peor.
Al rato nos fijamos que, junto a la cama individual, había un papelito con un número 3.
Qué curioso, la de matrimonio tiene un 1 en una esquina y un 2 en la otra.
Nos rascamos la barbilla para seguidamente abrir mucho los ojos:
Habitaciones compartidas. You have to share the room with more people.
Es decir, que si te decían, pongamos por caso, habitación 13 cama 2, tenías que entrar muy despacito por tu lado de la cama sin despertar al desconocido que dormía al otro lado... ¡En la misma cama!.
Qué bien que estaba aquella habitación al fin y al cabo.
Comimos un poco de fuet en plan julai y planeamos el siguiente día. Lisboa nos esperaba. Con el saco cerrado en plan momia, despedimos aquella jornada.
(Continúa AQUÍ)
1.2.07
Lisboa (II)
(ver antes Lisboa (I))
Llevábamos allí más de una hora y varias cosas nos preocupaban, a saber:
-Yo la mato.
."Rúa Andrade Corvo 46. Pousada de Juventude"
Esto era todo lo que sabíamos y eran las tres de la madrugada. Nos subimos al coche.
-Preguntando se llega a Roma
La única persona que encontramos para preguntarle resultó ser un borracho que nos respondió algo ininteligible. Creo que insultaba a los españoles en general o a nosotros en particular.
Sabíamos -gracias a Raúl- que, si le preguntábamos a un taxista, nos iba a decir que le siguiéramos y nos iba a cobrar la carrera. Pero después de dar varias vueltas no nos quedó otra opción.
-Después, pues nos vamos pitando - decía David. Sí, pitando.
Pitando nos llevó el taxista detrás suya. Callejeando Lisboa a 80 por hora por los empedrados para no perder al fitipaldi. Creo recordar que me culeó el Clío en alguna curva.
Al final para, pita y señala un edificio. Allí era, en una calle sin salida.
El no se iba y nosotros no salíamos del coche.
-¿Qué hacemos?
-No tenemos escudos
-Bueno, voy, le doy las gracias y me hago un poco el tonto a ver.
A ver que otra nos quedaba. David salió y le dió dos palmaditas en la espalda al taxista
-¡Moito obrigado!
-Mil quinientos escudos
...
-¡Moito obrigado!
No funcionaba.
(algo así pero en portugués muy cabreao) -Dame mil quinientos escudos, eu estoy traballando, mil quinientos escudos, esta es a rúa Andrade Corvo
-No escudos
-¿No escudos?
-No escudos, pesetas
Chungo. Raúl y yo, desde el coche, veíamos muy mal el curso de las negociaciones.
-¿Pesetas? Dame mil quinientas pesetas
No nos salió muy bien el cambio de divisas, pero salimos de aquella.
El albergue era bonito y estaba en un barrio tranquilo.
-No vacancies.
(Continúa AQUÍ)
Llevábamos allí más de una hora y varias cosas nos preocupaban, a saber:
- ¿Dónde coño vamos a dormir esta noche? Se nos empezaban a cerrar los ojillos, el viaje había sido bastante agotador.
- ¿Estas copas no tendremos que pagarlas no? Porque no teníamos escudos (sí, queridos niños, el amigo eypo no estaba todavía en circulación). Yo me veía ya explicándole a los porteros eso de la europa unida y el mercado común entre ostia y ostia. Además, seguíamos mosqueaillos con lo del cartoncito de la puerta.
-Yo la mato.
."Rúa Andrade Corvo 46. Pousada de Juventude"
Esto era todo lo que sabíamos y eran las tres de la madrugada. Nos subimos al coche.
-Preguntando se llega a Roma
La única persona que encontramos para preguntarle resultó ser un borracho que nos respondió algo ininteligible. Creo que insultaba a los españoles en general o a nosotros en particular.
Sabíamos -gracias a Raúl- que, si le preguntábamos a un taxista, nos iba a decir que le siguiéramos y nos iba a cobrar la carrera. Pero después de dar varias vueltas no nos quedó otra opción.
-Después, pues nos vamos pitando - decía David. Sí, pitando.
Pitando nos llevó el taxista detrás suya. Callejeando Lisboa a 80 por hora por los empedrados para no perder al fitipaldi. Creo recordar que me culeó el Clío en alguna curva.
Al final para, pita y señala un edificio. Allí era, en una calle sin salida.
El no se iba y nosotros no salíamos del coche.
-¿Qué hacemos?
-No tenemos escudos
-Bueno, voy, le doy las gracias y me hago un poco el tonto a ver.
A ver que otra nos quedaba. David salió y le dió dos palmaditas en la espalda al taxista
-¡Moito obrigado!
-Mil quinientos escudos
...
-¡Moito obrigado!
No funcionaba.
(algo así pero en portugués muy cabreao) -Dame mil quinientos escudos, eu estoy traballando, mil quinientos escudos, esta es a rúa Andrade Corvo
-No escudos
-¿No escudos?
-No escudos, pesetas
Chungo. Raúl y yo, desde el coche, veíamos muy mal el curso de las negociaciones.
-¿Pesetas? Dame mil quinientas pesetas
No nos salió muy bien el cambio de divisas, pero salimos de aquella.
El albergue era bonito y estaba en un barrio tranquilo.
-No vacancies.
(Continúa AQUÍ)
29.1.07
Lisboa (I)
.antecedentes
Ninguno de los tres teníamos nada que hacer para aquel puente.
- ¿Por qué no alquilamos un coche y nos vamos a Lisboa?
Con David quedaríamos en Sevilla(1) y de allí directos vía Badajoz. Además, él tenía una amiga lisboeta que conoció cuando la Erasmus.
.a Lisboa
Salimos por la tarde con las mochilas, los sacos y la tienda de Raúl. David había alquilado un Clío en Sevilla -para mi regocigo- y nos esperaba a la salida de la Estación de Prado de San Sebastián con Margarita, una compañera lisboeta de su trabajo que iba a hacer el trayecto -que no el viaje- con nosotros.
Era la primera vez que íbamos a hacer un viaje en ese plan, y -excepto para Raúl- también era la primera vez que pisábamos Portugal (no nos debió ir tan mal ya que después repetimos tanto formato como destino varias veces, pero aquella era, para todos los efectos, la primera, por lo que las sensaciónes eran muchas y muy nuevas).
Entramos en Lisboa por el Ponte 25 do Abril pasadas las una de la madrugada, totalmente fascinados por lo bonito y extraño que nos resultaba todo. Dejamos cerca de su casa a Margarita y fuimos a buscar a nuestro contacto luso, la otra Margarita, Gita para los amigos, y Guida tal y como debe pronunciarse (de hecho, prefiero referirme a ella de esta última forma, que me perdonen los puristas).
Guida trabajaba en un pub llamado B.Leza (2) y, preguntando como pudimos, dimos con él.
.el B.Leza
La puerta estaba guardada por dos enormes porteros que a nuestro paso, en vez de mirarnos mal las pintas y mandarnos al garete -que era lo que nos esperábamos-, nos dieron a cada uno un trocito de cartón donde supusimos -no entendimos nada de la explicación- se debían anotar nuestras consumiciones o algo.
Atravesamos un oscuro y decadente jardín de Quinta portuguesa y entramos en la casa.
Cruzamos un patio interior con suelo y columnas de mármol anciano y sobado, paredes de cal y moho y ventanas palaciegas de madera, iluminado sólo por la luna y la claridad que bajaba de una escalera. (Yo andaba absolutamente fascinado con aquello, y todavía cuando escribo esto reavivo esa sensación, ¡y me dan muchas ganas de volver!... pero estabamos en...) Subimos la escalera para llegar a una habitación larga con el techo muy alto, del que colgaban varios ventiladores. Medio a oscuras y con mucho humo, tocaba al final de la pieza un grupo que hacía una mezcla de ritmos africanos con jazz con reggae y con qué sé yo y que complementaban perfectamente el ambiente.
En mitad, mesas redondas con lámparas. Mucha gente, mitad blanca mitad negra, algunos bailando y otros sentados. En el otro extremo la barra. Y Guida.
.Guida
Era de esas personas que te atraen por algo mucho más interesante que su mera belleza. Algo que no aciertas a saber si esta en su forma de hablar, de ser, de moverse, de gesticular, o un poco en una mezcla de todo eso.
Guida estaba detrás de la barra de aquel sitio imposible y nos puso tres cubatas que nos supieron a gloria después de las horas de viaje. Nos dijo que después nos contaba lo del alojamiento.
(Continúa AQUI)
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(1) David trabajaba por aquel entonces en el Puerto de Santa María
(2) B.Leza, aparte del club, es el nombre de un compositor de Cabo Verde que a su vez era primo del padre de Cesárea Évora. Esto acabo de descubrirlo ahora, os vayais a creer. Yo siempre había creído que era un juego de palabras con beleza (belleza).
Ninguno de los tres teníamos nada que hacer para aquel puente.
- ¿Por qué no alquilamos un coche y nos vamos a Lisboa?
Con David quedaríamos en Sevilla(1) y de allí directos vía Badajoz. Además, él tenía una amiga lisboeta que conoció cuando la Erasmus.
.a Lisboa
Salimos por la tarde con las mochilas, los sacos y la tienda de Raúl. David había alquilado un Clío en Sevilla -para mi regocigo- y nos esperaba a la salida de la Estación de Prado de San Sebastián con Margarita, una compañera lisboeta de su trabajo que iba a hacer el trayecto -que no el viaje- con nosotros.
Era la primera vez que íbamos a hacer un viaje en ese plan, y -excepto para Raúl- también era la primera vez que pisábamos Portugal (no nos debió ir tan mal ya que después repetimos tanto formato como destino varias veces, pero aquella era, para todos los efectos, la primera, por lo que las sensaciónes eran muchas y muy nuevas).
Entramos en Lisboa por el Ponte 25 do Abril pasadas las una de la madrugada, totalmente fascinados por lo bonito y extraño que nos resultaba todo. Dejamos cerca de su casa a Margarita y fuimos a buscar a nuestro contacto luso, la otra Margarita, Gita para los amigos, y Guida tal y como debe pronunciarse (de hecho, prefiero referirme a ella de esta última forma, que me perdonen los puristas).
Guida trabajaba en un pub llamado B.Leza (2) y, preguntando como pudimos, dimos con él.
.el B.Leza
La puerta estaba guardada por dos enormes porteros que a nuestro paso, en vez de mirarnos mal las pintas y mandarnos al garete -que era lo que nos esperábamos-, nos dieron a cada uno un trocito de cartón donde supusimos -no entendimos nada de la explicación- se debían anotar nuestras consumiciones o algo.
Atravesamos un oscuro y decadente jardín de Quinta portuguesa y entramos en la casa.
Cruzamos un patio interior con suelo y columnas de mármol anciano y sobado, paredes de cal y moho y ventanas palaciegas de madera, iluminado sólo por la luna y la claridad que bajaba de una escalera. (Yo andaba absolutamente fascinado con aquello, y todavía cuando escribo esto reavivo esa sensación, ¡y me dan muchas ganas de volver!... pero estabamos en...) Subimos la escalera para llegar a una habitación larga con el techo muy alto, del que colgaban varios ventiladores. Medio a oscuras y con mucho humo, tocaba al final de la pieza un grupo que hacía una mezcla de ritmos africanos con jazz con reggae y con qué sé yo y que complementaban perfectamente el ambiente.
En mitad, mesas redondas con lámparas. Mucha gente, mitad blanca mitad negra, algunos bailando y otros sentados. En el otro extremo la barra. Y Guida.
.Guida
Era de esas personas que te atraen por algo mucho más interesante que su mera belleza. Algo que no aciertas a saber si esta en su forma de hablar, de ser, de moverse, de gesticular, o un poco en una mezcla de todo eso.
Guida estaba detrás de la barra de aquel sitio imposible y nos puso tres cubatas que nos supieron a gloria después de las horas de viaje. Nos dijo que después nos contaba lo del alojamiento.
(Continúa AQUI)
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(1) David trabajaba por aquel entonces en el Puerto de Santa María
(2) B.Leza, aparte del club, es el nombre de un compositor de Cabo Verde que a su vez era primo del padre de Cesárea Évora. Esto acabo de descubrirlo ahora, os vayais a creer. Yo siempre había creído que era un juego de palabras con beleza (belleza).
18.1.07
el Ying y el Yang
De cómo un acontecimiento venturoso allana el camino a un pequeño infortunio
Volvía ayer de ensayar .-todo albricias y festejos por mi nuevo trabajo- y, tras dejar en el RealLejos a Inwit y Bahú, me dispuse a meter el coche en el garage.
Abrí la puerta metálica de fuera y metí la llave en la apertura automática de la puerta de dentro, la que está tras la rampa. Debí demorarme un poco más de la cuenta porque, cuando me disponía a bajar, la puerta automática empezó a cerrarse. Así que pongo mi freno de mano y salgo del coche para volverla a abrir.
Mientras busco, de espaldas al coche -error-, la llave, un ruido de neumáticos llama mi atención para ver como mi coche, resbalando, baja imparable la rampa el solito y se estampa contra la puerta.
**
Las consecuencias, por fortuna, nada excesivamente grave. Mi coche ha perdido un faro y tiene bastante tocao el capó, y la puerta del garage, tras volverla a poner en su sitio entre el casero-garagero, Marian y yo, tampoco parece demasiado afectada.
Edito (19/01): vale ya con el Yang, por favor. Hoy otro chungo, esta vez con un antiguo trabajo. No puedo dar muchos detalles, pero ha sido un marronazo. Espero tener la dosis de malditoyang cubierta.
Volvía ayer de ensayar .-todo albricias y festejos por mi nuevo trabajo- y, tras dejar en el RealLejos a Inwit y Bahú, me dispuse a meter el coche en el garage.
Abrí la puerta metálica de fuera y metí la llave en la apertura automática de la puerta de dentro, la que está tras la rampa. Debí demorarme un poco más de la cuenta porque, cuando me disponía a bajar, la puerta automática empezó a cerrarse. Así que pongo mi freno de mano y salgo del coche para volverla a abrir.
Mientras busco, de espaldas al coche -error-, la llave, un ruido de neumáticos llama mi atención para ver como mi coche, resbalando, baja imparable la rampa el solito y se estampa contra la puerta.
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Las consecuencias, por fortuna, nada excesivamente grave. Mi coche ha perdido un faro y tiene bastante tocao el capó, y la puerta del garage, tras volverla a poner en su sitio entre el casero-garagero, Marian y yo, tampoco parece demasiado afectada.
Edito (19/01): vale ya con el Yang, por favor. Hoy otro chungo, esta vez con un antiguo trabajo. No puedo dar muchos detalles, pero ha sido un marronazo. Espero tener la dosis de malditoyang cubierta.
16.1.07
Renovar
¡Me acaban de llamar!
¡¡¡Voy a fichar por una multinacional!!!
¡¡Quiero gritar, pero estoy en mi -antiguo- trabajo!!
Edito (17/1): ya es oficialmente oficial.
¡¡¡Voy a fichar por una multinacional!!!
¡¡Quiero gritar, pero estoy en mi -antiguo- trabajo!!
Edito (17/1): ya es oficialmente oficial.
3.1.07
Energías renovables
En este inicio de año, año que espero para todos feliz sea, necesito una cesión de energía positiva así de buen rollo para un día concreto concretamente mañana.
Mañana es un día crucial, y TODO tiene que ir bien!!
Si todo va bien, todo saldrá bien.
Y si todo va bien, pasado mañana tendré mucho que contar aquí.
Gracias!
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