8.8.07

La Cocina



Hay luz en la ventana de la buhardilla. Es una ventana como las que se reflejan en los globos, de esas que se dividen en cuatro rectángulos.

Tras ella, una pequeña cocina de madera blanca con tarritos de latón. Tiene cortinas pequeñas de cuadros y una minúscula hornilla con elegandes reguladores de gas.

Con los brazos en jarras ella mira los tarros del anaquel.

Un cazo rojo y pequeño ebulle en el fuego.

Coje un tarrito indecisa. Lo abre y lo huele despacio. En la pequeña etiqueta escrita con letra regular, pone "Miedo". Echa apenas un poco.

-Siempre algo de miedo -Recita como el que reza una oración o repite algo de memoria.

Deja el tarro en su sitio. Es turno ahora de la compasión, dos cucharadas que se esparcen sobre las burbujas y las visten con puntitos marrones. A simple vista parece Avecrém.

Bordado sobre un trapo que cuelga en la repisa, se puede leer:

En esta cocina se cuecen sentimientos, claro.

Los buenos y los malos.


-Los buenos sentimientos son como un buen postre o un plato de pasta, amenos al paladar y de suave digestión. También suelen ir en el menú infantil -Argumenta la cocinera agitando el índice sin dejar de remover, y mirando a un gato que dormita sobre el radiador.

-Los otros son a veces picantes y otras simplemente amargos, y no todos los estómagos estan preparados para digerirlos bien. Ni mucho menos.

-Se sabe que el comensal más entrenado, si el guiso no es excesivamente fuerte, suele ser capaz de digerirlos con cierta celeridad y excretarlos de manera fácil y discreta -dice y al tiempo prueba una cucharada.

-Pero hay comensales que se estriñen con ellos -dice muy seria con voz de conferenciante y frunciendo el entrecejo- y los guardan dentro, eso les provoca grandes dolores y les impide en un espacio de tiempo determinado comerse cualquier otro sentimiento, aunque sea el mejor de ellos. Incluso si se los ofreces, ¡Te lo rechazan!

-Cuando al fin consiguen expulsar el vil manjar causante del atasco, pueden aparecer vómitos de sentimientos. En ese caso, si se está cerca del afectado, habrá que tener especial cuidado de no mancharse con ellos y procurar facilitar la labor al excretante.

El guiso de esta noche es un segundo plato, una sentimental sopa de picadillo.

1 comentario:

Flor de Sueño dijo...

Oh Luigi! que cosa más bonita de texto, lo he disfrutado un montón, que lo sepas.


¡¡Precioso!!

- ventanas como las que se reflejan en los globos..
- en esta cocina se cuecen sentimientos, claro..
- y todo el final, desarrollando la idea.

es lo mejor para mi, una pasada!

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