18.11.08

Atenzió, concentrazió II




Hace casi dos años publicaba este post contando la experiencia que tuvimos en el concierto en Madrid de BandaBardò.

Hoy toca revisarlo y añadir:

Brutal: ...y tocar con ellos.

Hay veces que a fuerza de perseguir un sueño, finalmente, se le da alcance.






6.11.08

El Llanero y su leyenda

Audición recomendada: Pony Bravo

Un cráneo de vaca pace borroso bajo una pita. El suelo del desierto tejano devuelve al aire de la tarde el calor recibido durante el día. 

Tras unas rocas quebradas como dientes de vieja, aparece la figura de El Llanero Solitario.

Gesto duro, sombrero calado, firme a las bridas, cabalgando sobre Silver -su fiel montura-, mirada fija en el cielo, y, bajo el cielo, la cañada del muerto, último paso antes de llegar a Peco's City.

El Llanero Solitario atraviesa la yerma llanura y comienza el descenso de la ligera pendiente pedregosa. Al compás de las piedras que ruedan, empieza a silvar una vieja tonada de su...

-¡Llaneroooo!

Suena el grito en la ladera poniendo en alerta todos los músculos del Llanero. La mano, lenta pero implacable, viaja a la empuñadura del revólver.

-¡Llanero, viejo zorro! ¿Ya no reconoces a los viejos amigos?

- No se de qué me hablas, chacal. Soy El Llanero Solitario. No tengo amigos - responde tajante al recien aparecido jinete.

- Armadillo Joe, de Nauseatingville, nos vimos en la prisión de Ludicrous Creek. Bueno, yo te vi a ti mientras encarcelabas al terrible Jeremias Kitto. En realidad yo estaba en la celda contigua. Cosas del juego, ya me entiendes. El juego con armas. Jugar con armas no es bueno, ya me lo decía mi padre.

El Llanero reanuda lento la marcha sin mirar al desaliñado cuatrero.

-¿Vas a atravesar la cañada del muerto, Llanero? - le pregunta poniéndose a su par.
-Sí. Pero si no te importa, prefiero cabalgar solo.
-¿Por qué? Es muy peligrosa. Será mejor que la atravesemos juntos. Cuentan historias de...
-Creo que no lo entiendes. Mira. Soy El Llanero Solitario - dice y se vuelve para mirarle duramente a los ojos - Llanero, porque atravieso inmensas llanuras sin gastar apenas cantimplora. Y Solitario, porque cabalgo solo. Siempre solo.

Se hace el silencio y Armadillo Joe, perplejo, queda un instante retrasado del ligero trotar de Silver.

-¡Venga ya! ¡Estamos tú y yo solos en este desierto! ¿Qué más da? - replica contrariado Armadillo - ¿Quién nos va a ver?

-Solitario. Llanero Solitario. ¿Tienes idea de los años de soledad que cuesta que te llamen solitario? ¿Crees que estoy dispuesto a echarlo todo a perder ahora?

Armadillo Joe parece quedar convencido un instante con este último argumento. 

-Entonces, cuando llegas a un pueblo, Llanero...
-¿Juhmm?
-...no paras en el Saloon a echar un wisky?

-Sí. Entro, pido, y me lo bebo en una esquina, yo solo.
-¿Y si alguien se te acerca y te comenta algo o se sienta a tu lado, te vas?
-Eso no es de tu incumbencia - replica fastidiado.

-¿Y si es una bella dama, Llanero?

El Llanero detiene el paso.

-Creo que ya he tenido suficiente compañía por hoy. Sigue tu camino. Yo esperaré aquí.

Armadillo se da la vuelta tirando de la brida de su montura para mirar al Llanero.

-¿Ha sido por lo de la mujer?
-¡Maldita sea topillo de las narices o como quiera que te llames! ¡Coge el sendero y déjame en paz!

-Vaya, ya entiendo. Cuántos años de soledad. Ni siquiera un amigo. Ni la compañía de una mujer. Llaneando tan... solitario.

-¡Mil coyotes se coman mis entrañas! ¿Qué he hecho yo para merecer este suplicio? 

-¿Nunca has cantado al calor de una hoguera con un buen puñado de amigos y unas botellas de wisky? ¿Nunca has recibido un abrazo de amistad?

-¿Nunca has recibido un kilo de plomo de un llanero cabreado en mitad de una ladera?

-Vamos, vamos, no te enfades. Yo soy un amigo, un amigo de verdad. ¿No quieres darle un abrazo al viejo Joe?

-¿Si te doy un abrazo te largarás y me dejarás en paz?

***

Al borde del promontorio que domina la ladera que da entrada a la cañada del muerto, último paso antes de llegar a Peco's City, un vaquero distingue la figura de dos jinetes que, tras hablar un rato, descabalgan de sus monturas.

-¡Johnny, mira! ¿No es El Llanero Solitario el que esta abrazando a ese vaquero?


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