27.12.07

Anticuento de navidad


Erase una vez, queridos niños, un hombre que no creía en la navidad. No creía en ella nada de nada. Decía que era un tiempo de poca paz, felicidad falsa y contaminación lumínica.

Es por ello que desde su guarida en el viento del norte, el gordo cabrón dió las siguientes ordenes a uno de sus cargantes elfos:

- Que le corten la luz. Así sabra lo que es una navidad fría... ¡Y con muchas velitas! Ho ho ho.
- Y la tarjeta del banco, que se la coma un cajero. Ho ho ho - resonó la terrible carcajada entre los témpanos de hielo, inquietando a los renos voladores que ramoneaban junto a un rabo de nube.


En esos momentos un avión blanco, azul y amarillo se enredaba en la cola del viento.

-Your attention please we are now approaching Granada's airport...

Era uno de esos Boeing 737 que no tienen fila 13 y en los que nadie limpia las bandejas de los asientos entre vuelo y vuelo. Avanzaba zafándose de las zancadillas del viento en un agradable vaivén.

-Es su o-portunidad para haserse millionario. Compre un boleto -o dos- de la lotería de Gruayian Err y tendrá la o-portunidad de convertirse en un aunténtico miembro de la Jet-Set.

Un poco más tarde, un poco más abajo, el viento llevaba al elfo hasta el piso 11 de un bloque de ladrillo.

"¡Nuz Carcajuz, que le corten la luz!", invocó junto a la pared maestra del bloque. Una lluvia de blancas chispas bajó entonces hasta el cuarto de contadores.

Se abrió el ascensor en el décimo piso y asomó una funda de guitarra seguida por una maleta rota y un maletín de portátil. Envuelto en todo ello resoplaba el hombre que no creía en la navidad. Subió las escaleras y se paró, suspirando, frente a su puerta. Al fin en casa.

***

- Bienvenido a Sevillana-Endesa. En estos momentos todos nuestros agentes se encuentran ocupados. Por favor, permanezca a la espera.

Wherever you go, whatever you do
I will be right here, waiting for you
Whatever it takes, or how my heart breaks
I will be right here waiting for you

- Bienvenido a Sevillana-Endesa. En estos momentos todos nuestros agentes se encuentran ocupados. Por favor, permanezca a la espera.
Wherever you go, whatever you...

Dos pitidos estridentes en la oreja y el móvil se apagaba. A oscuras y con una vela encendida, podía notar como los alimentos evolucionaban dentro de la nevera. Bocanadas de vaho por la boca, un frío terrible. No había papel higiénico. En el centro comercial por lo menos no haría tanto frío, penso el hombre que no creía en la navidad.

***

En la línea de cajas, con servilletas, papel higiénico y el estupendo taladro Blacandequer que le iba a regalar a su padre, no hacía frío y había luz.

En el techo, entre los tubos, un viento del norte escondía al cargante elfo.

"Fleta cuchufleta, a la mierda tu tarjeta", susurró dos metros por encima de la caja 13.

La cajera arrastraba por una ranura del teclado una tarjeta verde.

- No la coje. Pone tarjeta no autorizada
- Bueno, pues dejamos esto aqui y me acerco un momento al cajero si no te importa.

No andaba muy lejos el cajero. Introdujo la tarjeta.

- Bienvenido. Introduzca su numero secreto.
- ****
- ¿Qué operación desea realizar?
- Sacar dinero. Con cargo a cuenta corriente.
- No realizable consulta entidad. Bienvenido.

- ¡Mierda! ¡Mi tarjeta! - decía el hombre que no creía en la navidad mirando la ranura inaminada.

Miró a su alrededor. Algunas personas hacían cola detras suya.

- Se la ha tragao - dijo a modo de justificación y advertencia.

Una pegatina en el cajero: número de incidencias.

- Bueno, pues le informo que su tarjeta ya ha sido invalidada y se le ha pedido una nueva copia que llegará a su sucursal el jueves.
- Pero...
- Gracias por su llamada y buenas noches.

Sin luz, sin tarjeta de crédito, al menos llevaba dinero encima para pagar el papel higiénico. Dios aprieta, pero no ahoga.

***

- Ho ho ho ho ho ho aaaay... ho ho ho ho

Mil metros más arriba en la guarida del viento del norte, la Noëlvisión parpadeaba con la imagen de un hombre que llevaba un paquete de rollos de papel. La silueta del gordo cabrón se convulsionaba rítmicamente, carcajeando.

5 comentarios:

luigi dijo...

Aclaraciones, omisiones y hechos reales.

Esto ha pasado en realidad aunque los hechos han sido, claro, novelados y adaptados. No hay continuación al menos por mi parte, por lo que de esta historia nos quedaremos sólo con el planteamiento y nudo. El desenlace en el mundo real ya ha sido, pero el de esta realidad paralela (anti)navideña está pendiente.

¡Las sugerencias se agradecerán!

Jerónimo Palacios dijo...

Tengo una de esas, me ocurrió una semana antes que a tí, pero como decía el libro de la historia interminable, es una historia que merece ser contada otro día.

Esos días aprendes a valorar todas las comodidades que tienes, porque lo cierto es que lo que el gordo cabrón quería era que aprendieras a valorar todos los regalos diarios que son tan parte de nuestra vida que no sabemos valorar.

Por cierto, ¿Te he dicho alguna vez que la web 3.0 será con palos y piedras? Igual que la nueva atención al cliente, la resposabilidad social corporativa y todas esas chorradas que son última moda.

Anónimo dijo...

Jajajajaja. M han pasado cosas parecidas esta Navidad:

El 24 y 25 cenamos/comimos con velitas toda la familia y a la luz de la chimenea...muy navideño.
(Ver a mi madre preparando la cena de Nochebuena sin horno eléctrico no tiene precio)

El 27, a 200 km. de Granada, un 'amable' cajero de Caja Granada (tarjetita_verde_me_cago_en_tó_tu_suerte) Me dijo algo así como 'Tarleta-Cliente-No-Existe' solo que yo en vez de papel higiénico necesitaba comprar comida para tres días para los 50 muertos de hambre que había en el campamento...tuturutuuuuuuuuu :S


Nada como lo tradicional, si ya lo dice mi padre...

:P


Feliz Año Nuevo pues ;)

J. dijo...

La tarjeta no sería de CajaGranada, no?

A mí me pasó igual, por supuesto nadie me informó en el banco de que las estaban cambiando, se la tragó el cajero y la cena de navidad me la tuvieron que pagar los amigos...

José L. dijo...

ar Luigi, si no le pasan estas cosas no es er Luigi...

Afortunados nos sentimos de que existas.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.