21.7.08

Seres que compran

He aquí un video educativo muy completo que toca los grandes males del mundo en el que vivimos.

Como toda visión general es un poco simplista, y, como muchos contenidos divulgativos, a veces peca de sensacionalista, pero es un gran punto de partida para entender en 21 minutos cómo está montado todo este tinglado al que llamamos sociedad de consumo, en el que -queramos o no, lo sepamos o no- estamos todos metidos.



Yo lo vi en Halón Disparado, y consideré conveniente darle difusión.

10.7.08

Nadie dijo que fuera fácil cambiar de dimensión

Ilustración: "El destilador de sueños", de Javier Ramos Cucho

Era jueves por la noche y yo paseaba por Granada, calle San Antón, charlando, distendido, acompañado. Todo era estupendo y perfecto hasta que tocó la hora de retirarse:

- Me voy a ir que estoy cansado. Además, mañana trabajo. Tengo que estar en la oficina. En la oficina de Londres.
- ¿De Londres? -dijeron. Me dije.

Sí. Y no me parecía tan extraño en ese momento.

Llegó entonces una tormenta de preguntas, de cómo-vas-a-llegares, de a-qué-hora-sale-el-aviones, que, estupefacto, me llevó a hacerme esas preguntas a mí mismo: ¿Cómo voy a volver?, ¿Qué avión puedo coger?.
Me hacía mil veces el trayecto de cabeza, y cada vez lo tenía menos claro, ¿De qué manera voy a conseguir estar a la hora en la puerta de aquella oficina que cada vez veía más remota?.

Intentaba controlar el pánico, organizar mis pensamientos. No era demasiado tarde y, aún, si me daba prisa, podía plantarme en el aeropuerto y comprar el billete.
De repente el tiempo apremiaba. ¿Equipaje? No, ya estaba todo en el hotel. La maleta, la guitarra.
Dentro del coche que ya se disponía a llevarme, me pregunté cómo había conseguido hacer el trayecto contrario, cómo había llegado aquella tarde a Granada, ¿Cómo me había metido en esto?.

-No os preocupéis, no hace falta que me llevéis al aeropuerto. No necesito ir a Londres porque ya estoy en Londres -dije intentando convencerme a mi mismo de mis propias palabras. Porque todo era demasiado real para ser un sueño. Las personas, los detalles del coche...

Pero yo sabía que era un sueño, y lo había descubierto por reducción al absurdo. Porque no recordaba haber ido, a la salida de la oficina, a ningun aeropuerto. No recordaba haberme subido en ningun avión. Aquello sólo podía ser un sueño.

- ¿Y cómo lo vas a hacer?, es decir, si ya estás allí, ¿Dónde te dejamos? -me dijeron.

No sabía la respuesta. No sabía como se sale de un sueño, y aún tenía mis dudas de que fuera posible salir de allí. Quizá estuviera abocado a continuar, deshacer el entuerto. Me parecía casi imposible que la solución fuera simplemente abrir los ojos y encontrarse cómodamente entre las sábanas de la cama del hotel.

No sabía dónde debía estar ni a dónde debía ir, así que empecé a correr por si acaso no podía salir de allí. Necesitaba prepararlo todo... necesitaba ir al aeropuerto...


Abrí los ojos y me encontré comodamente entre las sábanas de la cama del hotel. Miré a mi alrededor: ¡Había vuelto!. No podía creerlo, ¡Lo había conseguido!.
Eran las seis de la mañana y mi viaje al mundo real ya había terminado. Satisfecho, me rebullí en la cama dispuesto a seguir durmiendo.

...y, más tarde, una vez en la oficina, he decidido escribirlo y contarlo.

9.7.08

Richmond Park

Ayer, el parque y yo tuvimos el gusto de conocernos.

Richmond Park
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