Un perfume como una bofetada y de repente, la plastilina, las mesas de colores, las cartillas, los puzles: estaba en la guardería. Me sentía como cuando estaba allí.
La mujer que acababa de cruzarse usaba el mismo perfume que mi profesora de guardería. Estaba seguro. Un perfume lo suficientemente raro como para no volver a tropezar con él en muchos años.
Un olor es capaz de traer a la memoria los recuerdos de una forma muy intensa, de una forma en la que ningún otro sentido es capaz de traerlos. La memoria del olfato. Es algo que me fascina, no se si le pasa a mucha gente o si es más o menos habitual.
Esa fue una de las razones por las que me llegó tanto El Perfume cuando lo leí, y también más recientemente cuando lo vi. Y no es por tener yo el olfato de Grenoille, ni mucho menos, aunque a veces me quede olfateando el aire intentando atrapar un recuerdo fugaz, y me guste oler toda cosa que cae en mis manos, como las fotocopias que daban en clase, o cualquier comida antes de comerla.
Pero desde luego que coleccionaría ciertos olores.
Recuerdo el olor de un detergente que ya seguramente no se fabricará, o al menos no he vuelto a oler. Me recordaba al patio de vecinos de mis primos. Y a la canción "Me colé en una fiesta", de Mecano, curiosamente.
O el olor del comedor del colegio. Ese lo huelo de vez en cuando en la calle, al pasar cerca de alguna cocina parecida. No es especialmente agradable, pero sí muy evocador.
Como el olor de las tormentas de verano. Hace muy poco tuve la ocasión de saborearlo en el pueblo. Huelen antes de llegar, mientras caen y especialmente cuando se van.
O el olor de los pinos calentados por el sol -de esto hay hasta una canción.
En septiembre, el olor de los higos de las higueras que se secan dulcemente en el suelo, o el de los libros recien forrados y de las libretas nuevas.
El de las zarzamoras, el de las castañas asadas, de las figuras del belén, de los puestos de garrapiñadas, el de las gomas de borrar, el olor sordo de las mañanas frías, el de una buena chimenea, el de las iglesias, el de las casas viejas...
El olor de...
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