11.7.06

Estas son las mañanitas

La aventura me llama a gritos desde el final del pasillo.
Yo le grito un "ya voy" y me desperezo con rascones de ombligo a pezón. Mirando a través de mis legañas me pongo un café y quedo en estado vegetal hasta que la cafetera escupe exhausta su última flema negra.
"Vienes o qué" me grita mientras remuevo el azucar con la cucharilla constantemente, un proceso al que, de buena mañana, nunca sé ponerle fin.
Dejo que la tele parlotee mientras consumo el recien preparado producto sin pasión ninguna. Cuando queda un dedo, enciendo un cigarro y, ya más despierto, lo fumo mientras atiendo a la chica que me cuenta las noticias del recién estrenado día.
Voy al baño y el agua que me esturreo en la cara va decapando mi modorra. Cepillo la caja piños poniendo caras al espejo y escuchando el wucku-wacka que provoco cerrando y abriendo la boca.
Me visto al estilo cásual-wear: me pongo los pantalones y la camiseta que cásual-mente encuentro tirados por mi cuarto.
Calcetines, zapatillas, limpio las gafas.
Llaves, tabaco, dinero, móvil, ¿llaves?, ¿tabaco?, salgo, ascensor, bici, cierro.
Con la bici en mitad del callejón olfateo el día y me arrojo a la calle dispuesto a esquivar el tráfico hasta que, en la puerta del curro, clavo la bici junto a la acera, me la echo al hombro, subo las escaleras, saludo a la recepcionista y meto la bici en el ascensor.

3 comentarios:

MaFo dijo...

Esa tal aventura tiene que estar wena...

Anónimo dijo...

siempre esta la ropa tirada en tu cuarto?


es decir, por las mañana nunca toca ropa limpia.. ummm

Anónimo dijo...

Y ahora, mañanitas de bici. Pásalo bien en el Camino. Disfrútalo!!!
Besotes y ánimos a los dos.

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